ARTÍCULOS DE PRENSA

A la reja!

La Prensa

Por: Daniel R Pichel - Abril 2, 2023

A pesar de que muchos lo creían imposible, esta semana se dio finalmente la imputación de Donald Trump, por el caso de utilización de dinero para "compar el silencio" de la actriz pornográfica Stormy Daniels durante la última semana de la campaña presidencial de 2016.  A pesar de que esta cosa anaranjada tiene varios otros casos mucho más graves, como incitar una insurrección en el Capitolio para revertir su derrota electoral, la presión de los funcionarios de Georgia para robarse la elección, o la sustracción de documentos clasificados a su casa de Florida, ha sido una de sus debilidades (las mujeres rubias de busto pletórico) quien lo ha puesto en el ojo de la tormenta (a propósito del nombrecito de la chica).

Lo que pueda pasar de aquí en adelante, nadie lo tiene muy claro.  Un tipo que pretende volver a la Casa Blanca, acusado formalmente de un delito.  Si bien algunas encuestas sugieren que la acusación pudiera generarle una imagen de víctima que le ayudara a conseguir apoyos electorales, muchos en el partido republicano se están dando cuenta que tarde o temprano tendrán que deshacerse de este pesado bote de basura que se ha vuelto demasiado relevante.   Si bien dicen que esta semana pudieran arrestarlo (para lo que se requeriría que el gobernador de Florida autorizara su extradición a New York), él ha dicho que se entregará voluntariamente.  Dados los antecedentes del individuo, podemos estar seguros que tiene algo pensado para tratar de sacarle provecho a toda esta situación judicial.  Porque, lo que para cualquier persona normal, sería una terrible vergüenza, para Donald Trump y sus seguidores es motivo de orgullo.

Pero no olvidemos quienes son la base electoral de este tipo.  El prototipo del trumpista son blancos, evangélicos fanáticos, con muy poca educación formal, y que siguen creyendo que vivimos todos en el Salvaje Oeste, cuando John Wayne pateaba la puerta de vaivén de la cantina, y todos temblaban.  Son los mismos que consideran tener el derecho a  armarse hasta los dientes con rifles de asalto, a pesar de que los tiroteos masivos donde mueren niños, adolescentes, ancianos y ciudadanos comunes y corrientes hayan dejado de ser hechos aislados.  Los mismos que protestan ante la dirección de una escuela porque la maestra de arte de sexto grado les enseña a los estudiantes una figura del David de Miguel Angel sin la autorización de los padres, porque ellos lo consideran una imagen pornográfica.

Es esa gente, que siempre ha existido pero que no hacía ruido porque estaban conscientes de que sus posturas no eran correctas, quienes se han convertido en una horda de fanáticos ruidosos que siguen a Trump como si fuera un líder con algún tipo de mérito.

De todas las opiniones sobre lo que pasa con Trump, traduzco lo que dijera en su comentario la excelente periodista Rachel Maddow al respecto:  "No hay técnicamente nada inapropiado o ilegal, en que un expresidente enfrente cargos.  Aún sin que haya pasado antes, no rompe ninguna regla.  Pero ¿por qué nunca antes se había considerado una acusación criminal contra un ex presidente?  ¿Es porque es tan peligroso o contra el sistema acusar a un ex presidente?  ¿O es porque nunca antes hubo un presidente que haya vivido de esta manera?   Para poner la perspectiva histórica, es cierto que una imputación a un expresidente no tiene precedentes.  Pero como se está hablando de particularmente este expresidente, Donald J. Trump, ¿pueden decir realmente que las acusaciones son una sorpresa?  Lo primero que se supo de sus prácticas de negocios fue cuando él y su padre tuvieron que hacer un arreglo con el departamento de justicia hace décadas, por acusaciones oponerse ilegalmente a rentarle apartamentos a personas de raza negra.  Cuando comenzaba a incursionar en la política, tuvo que hacer otro arreglo por 25 millones por un fraude que involucraba una universidad ficticia a la que le puso su nombre.  Después, la fundación de caridad de su familia fue cerrada, y tuvo que pagar una multa por prácticas fraudulentas.  Ya siendo presidente, su Asesor de seguridad nacional confesó haberle mentido al FBI dos veces.  Su jefe de campaña y su suplente acabaron en una prisión federal por fraude.  Su abogado personal estuvo preso por negocios fraudulentos en las finanzas de campaña.  A otro de sus abogados le suspendieron la licencia.  Su principal asesor político fue acusado por múltiples delitos y sentenciado a prisión federal por, entre otras cosas, intimidación de testigos.  Y su asesor de la Casa Blanca fue arrestado por fraude mientras estaba en el yate de un billonario chino que también fue arrestado por la misma causa.  Y como presidente, fue juzgado políticamente dos veces, lo cual es un récord, con más votos para condenarlo de parte de miembros de su partido que ningún otro presidente en la historia.  Y desde entonces, su empresa, llamada Organización Trump fue condenada en múltiples cargos de fraude, con su jefe de finanzas preso en la isla Rikers.  Entonces, ¿de veras esto le sorprende a alguien?  Es que este no es un expresidente normal.  No es porque sea "provocador" o "extremo" o que "habla de una forma que otros no lo hacen".  Entiendan que eligieron a un tipo con esta clase de récord.  ¿Cómo pueden pretender que la actividad criminal que lo ha rodeado toda su vida, se evapore repentinamente cuando entre en esta etapa posterior a su cargo público?  No, Estados Unidos nunca ha visto antes la acusación de un expresidente, pero eligieron a Donald Trump como presidente, y su vida, negocios y entorno político son un sitio donde las esposas de metal pudieran considerarse una decoración de temporada..."

Así que, en unos días, posiblemente tendremos al delincuente más grande que ha ocupado la Casa Blanca, gritando como Trespatines cuando entraba al juzgado...  A la reja!!!