ARTÍCULOS DE PRENSA

De tin marín…

La Prensa

Por: Daniel R Pichel - Agosto 13, 2023

A diez meses de las elecciones, ya tenemos la lista de la cual saldrá el próximo presidente o presidenta.  Una amalgama, donde la mayor parte de los panameños, no se sienten identificados con ningún candidato en particular.  Paso lista y aclaro es solo mi opinión, que no pretende ser un análisis politológico ni mucho menos.  Si bien aún falta mucha agua por pasar bajo el puente, el ejercicio no está mal a estas alturas del partido. 

 

Ricardo Martinelli:  Encuestas tan confiables como un billete de tres dólares insisten en que es abrumadoramente favorito.  Los tropiezos suyos y de su entorno con la justicia panameña e internacional, hacen pensar por momentos que la prioridad es conseguir inmunidades y retrasar procesos, más que demostrar inocencia.  Tiene experiencia, y cuando fue presidente se percibió un ambiente de opulencia económica que apoya el discurso de “cuando gobernaba había plata”.  Quince años, una pandemia, una guerra y muchos miles de millones de deuda después, difícilmente se repetirán las condiciones.  De los resultados de sus juicios dependerá si podrá o no ser candidato.  Es probable que, si alguien le garantiza inmunidad, desista de la candidatura.  Amanecerá y veremos…

 

Gaby Carrizo:  A pesar de pertenecer a un partido displásico (como el cáncer), no he escuchado a nadie que diga que votará por él por considerarlo buen candidato.  Ha demostrado una habilidad increíble para generar desagrado en la población.  Parafraseando al gran Guillermo Sánchez Borbón, tiene el carisma de un arenque ahumado.  Supongo apuesta a ganar la elección con 20 o 25% del voto, basado en la división entre muchos, lo que hace dudar de sus objetivos de cara al país.  Estoy convencido que el triunvirato que manda en el PRD lo apoya solamente para garantizarse del ejecutivo dinero para hacer campaña con la que puedan controlar la Asamblea y controlar el presupuesto cinco años más.  

 

Rómulo Roux: Es el único que ha tenido unas primarias verdaderas.  Su trifulca con Yanibel Ábrego, si bien le dio la victoria, lo deja muy, pero muy débil en su propio partido.  Su resultado en las elecciones anteriores sorprendieron, pero las condiciones son claramente diferentes.  Su principal talón de Aquiles son los cinco años que perteneció a un equipo muy cuestionado, sin que manifestara incomodidad alguna.  Muchos lo ven como una figura clave en cualquier alianza.

 

José Blandón:  Me impresiona como el político más maduro de todos.  Sabe lo que es ser político, tiene experiencia legislativa y administrativa y sabe negociar.  No ganaría si corre solo. Movilizó mucha gente en su partido a pesar de ser el único candidato, lo que le da un cierto brazo para apalancar su posición.  Es una ficha importante a la hora de negociar alianzas.

 

Martín Torrijos:  Un misterio. Apareció de repente con un discurso mesiánico no muy comprensible en quien, desde que salió de la presidencia, ha hecho del silencio su principal atributo.  A los que conocemos el origen del Partido Popular, nos da migraña verlos alabando el Torrijismo (sea lo que sea que eso sea).  Sin duda tiene experiencia, pero a estas alturas impresiona que pudiese beneficiarse de lo que le quite al PRD (que tampoco será difícil por lo ya expuesto), y de alguna alianza que pueda generar.  Le garantizará sobrevivir al Partido Popular, que no es poca cosa.

 

Ricardo Lombana:   Además de lo que logró en 2019, tiene el mérito de haber hecho un partido sin clientelismo.  Se le cuestionan tres cosas:  egocentrismo, terquedad y que cambió su discurso de “independiente” para formar un partido.  Aunque ha explicado el por qué de ese cambio, hay quienes no aceptan sus argumentos.  Al proyectarse como “una opción diferente”, muchos lo han idealizado, ocasionando que metidas de pata como la que todos están pensando con su tocayo, generen mucha más desilusión de la que generarían en los demás.  Su posible alianza con “Vamos” los muestra como una opción para una necesaria depuración de la Asamblea con gente distinta a la pandilla que hay hoy.  Algo debe estar haciendo bien Lombana, para que todos los demás no pierdan oportunidad de atacarlo.  Aunque ha dicho que no exige liderar alianzas, muchos no lo ven declinando después del esfuerzo de estos últimos años con un movimiento que busca diferenciarse de la política de siempre.

 

José “Toto” Alvarez:   Sí, aparentemente ganó una primaria en su congregación evangélica.  Sin ser pastor ni sacerdote, se ha montado en el carrito de las iglesias evangélicas, y ha conseguido apoyo desde los púlpitos y al ritmo de las panderetas.  Sus opciones de ganar serían más o menos iguales a las mías.  Impresionan abiertos al mejor postor para arrimarse a alguna alianza.  Dios proveerá…

 

Luego están los tres candidatos por libre postulación.  Los tres provienen de partidos, y representan exactamente lo contrario a la idea original.

 

Zulay Rodríguez:  Otra forma de succionarle votos al PRD.  Se dice que pudiese ser una estrategia del grupo de Martinelli para quitarle votos al partido más grande.  Ha hecho del discurso populista más elemental su argumento retórico favorito.  Se habla de su capacidad de mimetizarse dependiendo del interlocutor.  Como sea, es una candidatura de la que no se sabe qué esperar.

 

Maribel Gordón:  Recogió los restos mortales del FAD.  Sin duda, aportará al debate.  Es la única con base ideológica en su discurso.  Me parece sería importante tener algún diputado de izquierda, para ver si son tan valientes y dogmáticos como se hacen ver cerrando calles.  Que haya conseguido las firmas tiene mérito (aunque digan que eran de SUNTRACS).  Aunque muchos descartan su opción, poco a poco la izquierda va ganando espacios producto de la desigualdad y la pobreza que la política tradicional ha propiciado a lo largo de nuestra historia.  Cuidado pues…

 

Melitón Arrocha:  La definición de un “ego trip”.  Es como una metástasis del partido panameñista.  Parece que no tiene opción ni de dividir.  Sin embargo, ya fue candidato presidencial.

 

Faltan diez meses aún.  Pero el chicheme promete espesarse…