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Dr. Daniel R. Pichel P. - Artículos de Prensa - Una historia compartida

ARTÍCULOS DE PRENSA

Una historia compartida

La Prensa

Por: Daniel R. Pichel - Febrero 25, 2024

Una de las pocas cosas positivas que nos trajo la pandemia de coronavirus, fue la creatividad que generó en muchas personas el ocio acumulado por horas y horas de encierro.  Hay quienes aprendieron a cocinar, a hacer pan, a hacer trabajos manuales o a tocar la guitarra.  Con la cantidad de horas que estuvimos encerrados, fueron muchos los proyectos que se gestaron.  Algunos pudieron ejecutarse, y otros quedaron solamente en una idea interesante.

 

En febrero de 2021, ya vacunados y cuando comenzábamos nuevamente a tener contacto con el mundo, me visitó en el consultorio mi buen amigo de muchos años Juan Carlos Barreiro.  Aún detrás de la mascarilla, me comentó de un libro que había leído durante el confinamiento, sobre “Los gallegos en la construcción del Canal de Panamá”, escrito por el historiador Juan Manuel Pérez, quien trabajaba en la División Hispánica de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.  Recordé entonces que en casa de mis padres reposaba una copia de ese libro que detallaba el papel que jugó la inmigración desde Galicia, para trabajar en las obras del Canal.  Juan Carlos, quien ya había madurado la idea con su amigo Manuel Pico, me preguntó si me interesaba participar de un proyecto para hacer un homenaje a esos gallegos que participaron de la construcción del Canal.  Como decir que "no", es una extra que no vino integrada en mi modelo, no dudé ni un minuto en apoyar el proyecto.  Se sumó de inmediato al incansable Ricardo Gago Salinero, a Dorinda y Ricardo Zanetti y a mi querida prima Maribel Gamallo. 

 

El siguiente paso, fue crear la Fundación Nosaterra, con el objetivo de tener una organización desde donde llevar adelante el proyecto.  Simultáneamente, seguíamos investigando sobre el tema que nos interesaba, descubriendo que muchos de los inmigrantes que llegaron desde España, para participar de la construcción del canal, si bien viajaron desde puertos de Galicia, provenían de otras partes de España, por lo que muy pronto decidimos que aquello tenía que ser un homenaje a los españoles y no exclusivamente a los gallegos.   

 

Al principio del proyecto canalero, en 1906, cuando el ingeniero John F. Stevens fue nombrado por el presidente Theodore Roosevelt, para hacerse cargo de las obras del canal, éste pidió que trajeran gallegos, a quienes había conocido durante la construcción del ferrocarril en Cuba, también bajo su mando.  En aquel momento, Stevens afirmaba que “un gallego trabajaba por tres”.   De allí, surgió el interés por la inmigración de la península ibérica para trabajar en Panamá.  Inicialmente, el gobierno de Cuba se opuso a la salida de los españoles, pero las condiciones ofrecidas por Estados Unidos hizo que los obreros insistieran en viajar al istmo.

 

Posteriormente, comenzó una intensa campaña de reclutamiento directamente en España, donde se prometían muy buenas condiciones de vida y trabajo para quienes viniesen a Panamá.  Muchas de estas promesas resultaron no ser ciertas, lo que generó incomodidades en los españoles que viajaron para trabajar en el canal.  Se estableció un plan de traslado constante de españoles hacia Panamá.  Al llegar, eran asignados a diferentes campamentos, y lugares de trabajo.  Muchos de aquellos jornaleros, trabajaron en la remoción de tierra y roca de Corte Culebra, la parte más complicada y difícil del proyecto de ingeniería del canal.  Con el paso del tiempo, algunos españoles lograron que trajeran a sus familias, lo que contribuyo a que se asentaran formando un núcleo migratorio mucho más estable.

 

Pero mientras seguíamos enterándonos de toda esta aventura, seguíamos con el desarrollo del proyecto de un monumento.  La Xunta de Galicia, nos apoyó desde el primer momento, al igual que la embajada de España en Panamá.  Se procedió a un programa de recolección de fondos privados para desarrollar todo el proyecto.  Se consiguió la autorización para instalar el monumento en la Calzada de Amador, donde reposa gran parte de la tierra que ayudaron a extraer aquellos trabajadores que llegaron desde la Madre Patria.  

 

Entre todo aquello, tuvimos la suerte de encontrar al escultor Gonzalo Sánchez Mendizabal, quien estuvo a cargo de diseñar y crear la escultura que se colocaría en el monumento.  Gonzalo, al margen de su estricto profesionalismo, se ha convertido en un gran amigo de la Fundación, con quien nos mantuvimos constantemente en contacto para lograr el objetivo final.  La Xunta de Galicia como parte de su apoyo, nos envió también lel granito con que se cubriría la base del monumento.

 

Pero toda aquella información que se seguía obteniendo sobre la aventura española en el Canal, tenía que registrarse, por lo que se contactó a dos historiadoras.  En Panamá, a Wendy Tribaldos Eisenmann y en España a Susana Cabezas Fontanilla quienes se dieron a la tarea de internarse en aquel inmenso mar de información sobre este tema, no siempre bien clasificado, disponible en bibliotecas históricas de Panamá, Estados Unidos y España.  De esa investigación, se publicó un libro maravilloso, lleno de datos tremendamente detallados y con muchísima información bibliográfica y documental.   Los dos tomos de “Una historia compartida: España en la construcción del canal de Panamá”  constituyen una referencia imprescindible para quien quiera adentrarse en toda esta aventura.

 

De este modo, ayer 24 de febrero, 1110 días después de que surgiera la idea, inauguramos el monumento.  Está ubicado en la segunda rotonda de la Calzada de Amador, justo después del Biomuseo.  Es una estructura de granito, coronada por cuatro figuras de bronce que representan a esos miles de jornaleros españoles que cruzaron el Atlántico entre 1906 y 1912, para trabajar en una de las obras de ingeniería más grandes de la historia de la humanidad.  Una inmigración que se mantuvo durante todo el Siglo XX, y que ha contribuido a formar lo que hoy conocemos Panamá.

 

Un merecido homenaje a aquellos hombres y mujeres, que como bien dice Eduardo Galeano:  “…nunca habían olvidado nada.  Ni al irse, ni al estar, ni al volver.  Nunca habían olvidado nada.  Y ahora, tenían dos memorias, y tenían dos patrias…”

Dr. Daniel R. Pichel P.

Acerca del Dr. Daniel R. Pichel P.

Cardiólogo Clínico y Ecardiografista en Cardiólogos Asociados de Panamá y Hospital Paitilla. Profesor de cardiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Director Fundador del Museo de la Libertad y los Derechos Humanos de Panamá. Es miembro del Movimiento Ciencia en Panamá y del Club Rotario Pacífico. Panelista invitado en programas de opinión de radio y televisión. Desde 1997 es columnista regular de la sección de Opinión del Diario La Prensa.

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